La hipótesis del deseo de los sujetos
Los sexos no rigen ya sus relaciones por el poder sino por su deseo. Hoy pueden ya plantear sus deseos sin ese fondo represor. Esta es una de las adquisiciones más significativas de su modernización o, dicho de otra forma, del planteamiento de sus relaciones al mismo nivel.
La organización y gestión de los deseos es, por ello, uno de los grandes temas de interés. Esta afirmación necesita debate y desarrollo. Si los conceptos de sexuación y sexualidad explican la configuración de sus estructuras, éstas se expresan a través de su erótica y ars amandi.
La posibilidad de gestionar los deseos ha sido el gran olvido de esta forma de pensar. En efecto, la hipótesis del poder ha movilizado la reivindicación de los derechos. Pero esta dedicación por entero a los derechos y las reivindicaciones ha dejado de lado los deseos. De ahí que las estrategias planteadas desde el poder o la represión necesiten una profunda revisión. ¿Pueden explicarse las relaciones de los sexos sólo por sus derechos?
Si la clave de los sexos reside en los deseos ¿Cómo entenderse dejando de lado su erótica? "A esto —escribió Platón en El Banquete por boca de Aristófanes— damos el nombre de amor. Los sujetos, como seccionados que son, se buscan para amarse y convivir". "Los sexos —escribía Havelock Ellis al comienzo del siglo XX— tienen más cosas atractivas que les unen que problemas que les separan" .
Cualquier vía que no cuente con esta realidad está condenada al fracaso. Desplazar esta hipótesis o dejarla de lado equivale a excluir los principales materiales para el entendimiento. En ausencia de estos materiales el discurso único de la opresión se ha desarrollado de forma desproporcionada.