El sitio de los hombres
Uno de los hechos que más siguen sorprendiendo en las
últimas décadas es la exclusión de los hombres por parte de movimientos tan importantes como son los de mujeres.
La preocupación dentro de algunos sectores ha sido
constante: excluir a los hombres en el debate sobre planteamientos de tal envergadura ha constituido siempre un
interrogante. Pero en todas las votaciones finales ha sido impuesta su exclusión. ¿Cuál es entonces el sitio de los
hombres en estos debates? ¿Ser los enemigos, los malvados, los culpables contra los que se dirigen todas las
estrategias? ¿No pueden decir nada? ¿Sólo les queda expiar los crímenes de los que son acusados? . "¿Oír y callar?".
"¡Ya han hablado bastante!".
Esta situación, similar a la anterior exclusión de las
mujeres, requiere ser analizada para seguir adelante y no enrocarse en los dualismos que dividen la realidad entre
buenos y malos, inocentes y culpables como ejes de discurso.
En el marco de la teoría de los sexos —y no en la teoría
de poder— ambos dialogan y debaten. El planteamiento de la modernización de los sexos es una invitación a nuevos
horizontes. Y la cuestión de los sexos requiere una puesta al día de ambos. No de las mujeres ni de los hombres, cada
uno por su lado, sino de ambos en el marco de los sexos. Lo que ofrece éste, como resultado, son formas nuevas de
entendimiento y convivencia.
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